Dr. Andrés Pujol Freire: "La persona a la que tratas está poniéndose en tus manos en su momento más frágil."

Entrevistamos al Dr. Andrés Pujol, R2 de Medicina Intensiva, que nos cuenta su experiencia durante el estudio del MIR y en sus dos primeros años de residencia.

Andrés Pujol, originario de Zaragoza, es residente de segundo año (R2) de Medicina Intensiva en el Hospital Arnau de Vilanova (Lleida). En esta entrevista conoceremos cómo fue su rutina de estudio durante el MIR, y si la Medicina Intensiva era su primera opción.

Andrés nos ofrece algunos consejos para afrontar el MIR, nos cuenta algunas anécdotas médicas y nos confiesa su mayor aprendizaje durante su trayectoria como residente.

Si quieres conocer qué hace un médico intensivista en el campo de batalla y cómo influyó la pandemia en esta especialidad, ¡no te pierdas la entrevista! 

¿Nos puedes decir en qué año de la residencia estás, tu especialidad y centro/hospital?

Estoy haciendo el segundo año de Medicina Intensiva (son 5 años) en el Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida.

¿Por qué decidiste estudiar medicina?

De pequeño pasé por muchas fases de "qué quiero ser", como todos supongo. A los 14-15 años me di cuenta de que, cuando salía de paseo con mis padres (los dos médicos) y nos encontrábamos a algún paciente suyo, siempre mostraban un enorme y sincero agradecimiento, incluso las familias de los pacientes que no habían salido adelante pero que habían recibido un buen trato y que habían visto que se había hecho todo lo posible por sus seres queridos, sea curar, dar calidad de vida o reconfortar. 

Entonces vi que yo también quería producir eso. Mis padres nunca me dijeron "hazte médico" (de hecho mi madre me decía que era pasarse la vida estudiando y vivir mal con guardias), pero cuando les dije que quería se sintieron orgullosos y me apoyaron con ilusión.

¿Qué hace un médico intensivista?

Un médico intensivista básicamente trabaja en la UCI (aunque puedes trabajar en urgencias intra o extrahospitalarias también). Manejas patología de todo tipo en una situación crítica. 

Todo el mundo piensa en pacientes en coma y en paradas cardiorrespiratorias, pero además del manejo de estos pacientes, llevas pacientes post-operados según el caso, haces técnicas menores como poner vías centrales, marcapasos, traqueostomías percutáneas, drenajes torácicos, intubación, etc. 

Y temas muy interesantes como la donación de órganos, ya que mantienes al donante hasta el proceso de extracción (y al receptor según el centro), y la comunicación con la familia y ofrecer la posibilidad de donación muchas veces es desde nuestra especialidad.

¿Recuerdas tu rutina cuando te preparabas el MIR? ¿Utilizas alguna app de preguntas?

En el MIR pasé por varias fases. En algunas iba a la biblioteca, en otras me quedaba en casa y estudiaba en el jardín. Cambiaba de ambiente lo que podía, y tras las clases siempre descanso con familia o amigos. Sinceramente no utilicé mucho las app, pero sí descubrí Mirial por un compañero, a mitad del estudio, y la usé en una temporada que iba en bus a la biblioteca.

¿Qué número de plaza/de orden obtuviste?

Obtuve un 3905. No era mi objetivo, porque buscaba quedarme en casa y estudiar ginecología cuando hice el examen, pero a posteriori no cambiaría mi plaza por ninguna otra. Seguramente habría sido feliz si lo hubiera hecho, pero en absoluto más que ahora.

¿Cómo recuerdas el día que obtuviste tu plaza?

Muy intenso. Recuerdo pasar la mañana en Madrid con mi hermana y mis padres haciendo tiempo para elegir a primera hora de la tarde. Miraba la ciudad sin ver, la verdad, no pensaba más que en las plazas de mi lista que podían ir desapareciendo. 

Pero una vez dentro, con mucha claridad y nada más elegir, sentí primero sensación de irrealidad, luego incredulidad y finalmente, tras respirar profundo, mucha felicidad y relax.

¿Siempre habías querido hacer Medicina Intensiva?

No. De hecho casi ni sabía de su existencia. Hice el MIR queriendo hacer cardiología o ginecología. Me gusta saber un poco de todo y también hacer algo de "manos", pero el quirófano no me gusta y me aburre. 

Cuando fui a las jornadas post MIR vi que había una charla de medicina intensiva, y ahí se plantó la semilla.

¿Qué es lo que más te llamaba la atención de esta especialidad? ¿Y lo que te daba más "miedo" o te generaba dudas a la hora de escogerla?

Es lo que más se acerca a mi concepto de especialidad mixta, que la verdad con ginecología no terminaba de encajarme, y cardiología era demasiado específica para mi gusto también. 

Mis dudas eran que no tiene consultas y que es una especialidad dura, tanto emocional como físicamente, con mucha tensión, guardias y en general, de dormir poco.

¿Cómo es tu día a día en el Hospital? Teniendo en cuenta la situación actual, supongo que habrá sido una época difícil…

Pues fácil no ha sido. En Medicina Intensiva tardas tiempo en aterrizar en tu servicio y aterricé un poquito antes para reforzar por la pandemia. Fue caótico y no he conocido apenas la UCI fuera de la pandemia, ha sido y es como una guerra. 

La dinámica diaria consiste en una sesión a primera y otra a última hora abordando todos los problemas de cada paciente, y en medio ver entre 2 y 4 pacientes estudiando todo de ellos. 

Es un trabajo, además, donde haces mucho equipo con los otros compañeros y con enfermería; hay mucha unión y buen ambiente, pero no paras. Sin la forma de ser y el espíritu de equipo de todos los que trabajan en la UCI, no sé cómo habría llevado esto.

¿Qué le dirías a alguien (por ejemplo, un consejo) que empieza ahora como R1 en Medicina Intensiva?

Que se prepare para aprender mucho y que no tenga miedo, sino paciencia. Es duro y hay muchísimas cosas que aprender, pero todo se hace y yo no me arrepiento de haber tomado esta decisión, ni con una pandemia de por medio. Al principio desborda, pero hay que tener paciencia con uno mismo. 

¿Alguna anécdota durante estos años como residente? (O durante la carrera, prácticas…)

Anécdotas hay mil que siempre recuerdas. Por poner un ejemplo, recuerdo mi primera cardioversión eléctrica, apenas un mes tras empezar la residencia. Sedaron al paciente para hacerla y me dejaron coger las palas y darle la descarga mientras otras residentes miraban para hacer ellas la siguiente. 

El paciente estaba dormido, pero cuando le di la descarga botó, abrió los ojos y levantó la cabeza hasta la mía y me gritó en la cara para después volver a dormirse como si no hubiera pasado nada. Casi me tengo que cardiovertir a mí mismo después, y mis compañeras tardaron en atreverse a hacer una. El único que no recordaba esto después era el paciente.

Anécdotas hay mil, muchas de las cuáles no se pueden poner en una entrevista, pero otras sí. Recuerdo cómo al principio de la pandemia no veíamos la luz. Ingresábamos pacientes y los únicos huecos que había en la UCI eran los de los pacientes que se complicaban y no salían. 

Personas que ingresabas asustadas, que sedaste sin saber si los despertarías, que pronabas una y otra vez y que después cuando los despertabas no podían literalmente levantar un dedo y podían morir por un moco atravesado. 

Esa época fue la peor. Pero esa gente un día empezó a salir de la UCI saludando por un pasillo de aplausos en que no sabías si había más lágrimas suyas o tuyas (parábamos las sesiones en cuanto oíamos que salía alguno para aplaudirle y despedirnos), y semanas después llegaban cartas de agradecimiento en el periódico.

O venían a visitarte caminando con algún familiar que lloraba de emoción al reconocer tu voz porque eras quien les había contado cómo estaba su familiar y lo había cuidado durante semanas. Esas anécdotas deberían contarse.

 ¿Cuál es tu aprendizaje más valioso hasta el momento? (Ya sea en la carrera o en la residencia)

La persona a la que tratas está poniéndose en tus manos en su momento más frágil. Está asustado y pone toda su confianza en ti, un desconocido, igual que lo hace su familia. Ten empatía y paciencia con ellos, eso no se enseña en un aula, se aprende toda la vida.

¡Muchas gracias, Andrés!